Este colgante púnico (es decir, cartaginés) de pasta de vidrio apareció en una gran fosa utilizada como basurero en el s. I a. C., excavada junto a la calzada que desde la ciudad íbera de Alon conducía hasta el valle de Alcoy. Quienes excavaron esta fosa destruyeron algunas tumbas antiguas, y dentro de una de ellas debía de encontrarse este amuleto, que cayó por casualidad al fondo de la fosa. Apenas se han hallado dos o tres piezas como esta en la Península Ibérica. Es un colgante de cierto tamaño (5 cm.) que se suele identificar con Baal, dios principal del panteón púnico, y se representa con los ojos muy grandes y abiertos, para repeler cualquier maldición, especialmente el temido “mal de ojo”. (Vilamuseu, inv. 00371) Modelo 3D: http://nestormarques.com
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