En la industria, el “picao” se llevaba a cabo poniendo el esparto sobre unas piedra (picaeras) y sometiéndolo a la percusión de mazos de madera accionados mecánicamente para desprender la parte leñosa que cubre sus haces de fibra. Se agrupaban en “bandas” de cuatro y daban unos cuarenta golpes por minuto. Las obreras “picaoras”, sentadas en el suelo atendían dos mazos, debían introducir el esparto y voltearlo consiguiendo un picado parejo y uniforme de toda la “maná” (conjunto de espartos atados de 2kg) Entre polvo y ruido, se movían mujeres y niños de corta edad cuyas madres no tenían más remedio que llevar consigo. Las jornadas de trabajo eran largas y fatigosas, así era frecuente que los dedos quedaran aplastados bajo los mazos. Con el paso del tiempo se cambiaron por un modelo de máquina más mecanizada (laminadoras). Consistía en varios rodillos de acero que producían un laminado del esparto que no rompía la fibra. This machine is in the Museo del Esparto from Cieza, Murcia. www.museodelespartocieza.com/
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