Cruz de madera asociada a la sepultura de una mujer fallecida en 1851 por la epidemia de cólera que asoló Gran Canaria. El sepulcro es una construcción rectangular de cantería labrada de Arucas ubicado en el borde de un camino dentro de la finca de Bachicao . Inicialmente, su cuerpo descansó en la cripta familiar de la ermita de la hacienda. El interior del sarcófago contenía esta cruz de madera de pino canario (Pinus canariensis), que fue trasladada junto con los huesos desde la tumba original. La identificación taxonómica ha sido realizada por la arqueobotánica Paloma Vidal Matutano. Intervención arqueológica de Arqueocanaria S.L. Los trabajos de virtualización han sido realizados por el arqueólogo Ibán Suárez Medina. El modelado y estudio de la pieza se enmarca en el proyecto de investigación de El Museo Canario titulado “Cuerpos, objetos y espacios. Muertes convergentes, muertes divergentes”, realizado con fondos para investigación de la Fundación CajaCanarias y la Fundación Bancaria La Caixa.
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