La mantiz, o Fytóia, es una criatura similar a una mantis del tamaño de un caballo, con orígenes antiguos. Aprovecha las protuberancias en forma de hoja y su piel, que simula la madera, para acechar a sus presas camuflada en el espeso bosque, su hábitat natural.
Posee una relación simbiótica con un musgo que le ofrece un camuflaje superior, al cubrirla con un color verde intenso durante las estaciones cálidas. En invierno, la Fytóia entra en un estado de hibernación, mientras el musgo busca un nuevo huésped para sobrevivir a la temporada fría.
Cuando la Fytóia despierta en primavera, el musgo se encuentra en su fase reproductiva, lo que facilita que un nuevo organismo se adhiera a su piel, restaurando su camuflaje natural. Durante el periodo en que no posee este camuflaje, la criatura se vuelve más agresiva de lo habitual, compensando la pérdida de su principal defensa.
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