Ubicada sobre la calle 60 por 45, la iglesia del siglo XVIII debe su construcción a don Antonio Figueroa y Silva, Lazo de la Vega, Ladrón del Niño de Guevara.
Cuenta con ventanales con vitrales de colores que proporcionan luz a las capillas. Las paredes de la nave, así como los techos, están aplanados con mezcla de cal y pintados con aceite con decorados sencillos.
Este era un modesto barrio de artesanos y jornaleros de la época colonial, fue precisamente el Capitán General y entonces Gobernador de Yucatán, Antonio Figueroa, a quien según los datos históricos, le apodaban “el manco”, mandó construir la iglesia sobre los restos de un basamento maya; la obra se terminó en 1733, pero Figueroa no la vio, ya que murió en la selva después de combatir a los corsarios de Belice.
Los restos de Antonio Figueroa reposan en este lugar, cabe señalar que en uno de los anexos hay un pequeño “sótano” en el cual hay apilados varios osarios así como algunos de las lápidas que estuvieron en el piso de la iglesia.
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