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En las inmediaciones de la villa Navarra de Arás resisten a duras penas los restos del monasterio de San Juan del Ramo. Aras de encuentra en la merindad de Estella y fue la única aldea junto con Bargota que se mantuvo independiente cuando en 1219 Sancho VII “El Fuerte” fundó la ciudad de Viana e incentivó a los pobladores de las aldeas cercanas a trasladarse a Viana. Una de estas aldeas fue Soto, alrededor de cuya ermita se construiría el Monasterio de San Juan del Ramo. Los habitantes de Soto trasladados a Viana mantuvieron la devoción a San Juan y conservaron la ermita.
En el siglo XV la ermita se transformaría en convento franciscano. Cuenta la leyenda que encontrándose Carlos V de caza por las tierras de Valdearas se desencadenó un tormenta y el monarca intentó guarecerse en la ermita. Al encontrar la puerta cerrado tuvo que hacerlo en un roble que había en sus alrededores. Un rayo cayó sobre el árbol y lo quemó salvo un rama que protegió al príncipe de la tormenta.
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