Hace más de 500 años, los restos de esta niña de aproximadamente ocho años fueron enterrados en una tumba de piedra o torre funeraria, también llamada “Chullpa”, al sur de La Paz. Cuando fue sepultada, probablemente los españoles todavía no habían llegado a América. Esta niña en vida pudo haber sido miembro de la cultura Pacajes, reino Aymara del sur del Lago Titicaca que, en el siglo XV, vivía bajo el dominio del Imperio Inca. El estilo de la textilería asociado podría ser tradicional Inca, pero la momificación es más característica de los grupos Pacajes, lo que sugiere una afiliación Inca-Pacajes. Este individuo es importante para el patrimonio arqueológico boliviano al ser una de las pocas momias que se mantienen completas y en custodia del MUNARQ, dependiente del Ministerio de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización de Bolivia. “Saphi” o raíz en idioma Quechua, es el nombre que le se asignó a la momia niña Inca tras una tradicional “mesa” u ofrenda ceremonial.
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