En 1937, junto al camino viejo de Valsadornín a Gramedo (Palencia) los hermanos Eusebia y Tomás Roldán encontraron una ocultación de monedas romanas del siglo III contenidos en un caldero u olla común de cocina. Se calcula que en el momento del hallazgo contenía entre 10000 y 12000 monedas. Tenía un peso de entre 45 y 50 kg.
Las autoridades arqueológicas inspeccionaron el lugar en busca de otros posibles restos, sin resultado. El tesoro se trasladó al Museo de Palencia, pero no llegó completo pues los propios hermanos Roldán, así como vecinos de Cervera de Pisuerga, el gobernador de Valladolid Juan Alonso-Villalobos o el departamento de Arqueología de la Universidad de Valladolid, se quedaron con parte. En este museo permaneció hasta 1951, cuando se trasladó la parte amalgamada del tesoro al Museo Arqueológico Nacional en Madrid. En Palencia quedaron 2.421 monedas sueltas.
En 2016, debido a su estado de conservación, ingresó en el IPCE para su estudio y restauración.
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