El retablo mayor, procede de la iglesia de Santa María de Arbís de Baquerín, dada la ruina de aquel templo. Dividido en banco, dos grandes cuerpos en cinco calles y ático, esta obra fue realizada por un seguidor del escultor Gregorio Fernández. En la predela hay cuatro pinturas de las Virtudes Cardinales, entre las cuales se sitúa el sagrario, que contiene un relieve de Cristo Resucitado sobre el que está Santo Toribio de Liébana. Destacan magníficos bultos de los cuatro Padres de la Iglesia Latina: San Gregorio Magno y San Ambrosio en el nivel inferior; además de San Jerónimo y San Agustín, en el segundo cuerpo. Se robaron otras figuras de santos. En el centro hay una Asunción que sigue el prototipo de Fernández, con los clásicos pliegues alatonados y la caída simétrica de la cabellera. En las calles laterales se ven cuatro relieves: Nacimiento de la Virgen, la Visitación, Adoración de los Reyes y Adoración de los Pastores. Remata la composición un Calvario atribuido a Antonio de Ribera.
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